El audiovisual se enfrenta hoy a dos peligros: 1 El desarraigo: series y películas que no hablan de nosotros. Es el audiovisual atrapado en universos desvinculados de la realidad cultural histórica. 2 Lo efímero: que no pasa de lo superfluo, nulo para el espíritu, hecho para consumir y descartar. A partir de esta lectura ubico mi modesto documental “El Apicultor” en una concepción del quehacer audiovisual amparada en un cine de autor en diálogo con su tierra, con su tradición y costumbres.
El audiovisual se enfrenta hoy a dos peligros: 1 El desarraigo: series y películas que no hablan de nosotros. Es el audiovisual atrapado en universos desvinculados de la realidad cultural histórica. 2 Lo efímero: que no pasa de lo superfluo, nulo para el espíritu, hecho para consumir y descartar. A partir de esta lectura ubico mi modesto documental “El Apicultor” en una concepción del quehacer audiovisual amparada en un cine de autor en diálogo con su tierra, con su tradición y costumbres.